A menudo solemos confundir estos tres términos: ¿cuál es el precio? ¿cuánto vale? ¿cuánto cuesta?
Aunque lo que pretende el cliente o usuario es conocer el dinero que tendrá que pagar por el producto o servicio, lo cierto es que existen grandes diferencias entre estas tres preguntas y te las voy a explicar en este post.
Cunado nos referimos a que las cosas cuestan, queremos decir que tiene un coste y ese coste sale de sumar el precio del materiales, los servicios que tenemos que contratar, la mano de obra, infraestructura… e incluso la estimación del beneficio esperado. Este coste es el precio mínimo al que vas a vender tu producto o servicio y si vendes por debajo de lo estipulado por el coste estarías perdiendo dinero.
También tenemos el valor. El concepto valor es algo totalmente subjetivo y dependerá del cliente y de la “utilidad” que recibe a cambio de lo que paga. Es una medida de «lo máximo a lo que estoy dispuesto a renunciar por comprar el bien», y determinaría el «precio máximo al que voy a comprar». Porque si compras por encima de eso, estás renunciando a algo que valoras más que lo que vas a obtener a cambio (estarás perdiendo «utilidad»).
Y por último, también está el precio ques la cifra a la que se realiza el intercambio. Lo normal es que se sitúe entre el coste y el valor. Mientras eso suceda, las dos partes quedarán satisfechas: el vendedor cubre su coste y algo más (incluso mucho más en muchos casos), y el comprador se desprende de una utilidad menor de la que recibe a cambio.
¿Qué pasa cuando el valor percibido por mi cliente no llega a cubrir costes?
Pueden pasar varias cosas: que tenga que replantearme márgenes, proveedores, servicios para bajar precio y ser un producto competitivo para que mi cliente se sienta atraído por lo que ofrezco o… que no me esté dirigiendo a mi cliente potencial y necesite una estrategia para encontrar al que sí valore lo que va a pagar.
Resumiendo: Antes de definir el precio de tus servicios inmobiliarios haz muchos números y empieza calculando el coste de dicho servicio: personal, alquiler, seguros sociales… y si conoces a tu potencial cliente podrás saber cuál es el valor que tiene para ellos este servicio. Haciendo una media entre los dos obtendrás el precio justo para que ambas partes salgáis ganando.